El viernes recibimos en Villaescusa de Haro la visita de Julián Garde, rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, con motivo de un curso de verano de la UCLM que se ha impartido estos días acerca de la historia, la religión, el patrimonio y la cultura de los frailes dominicos en la provincia de Cuenca. Garde confirmó su compromiso de "acercar la universidad a las zonas rurales".
En el primer envite esa afirmación sonó altanera, a mesías que llega al pueblo en posesión de la verdad para educar o evangelizar o culturizar a los pueblerinos o campesinos o aldeanos. Me acordé del hombre que mató a Liberty Valance.
En realidad, su compromiso está alejado de esa soberbia y lo demuestra con la humildad de los hechos y el convencimiento de los argumentos. Hechos como el curso de verano mencionado o la iniciativa UCLM Rural que ha enviado a dos estudiantes a Villaescusa durante unos meses, un chico pedroñero y una chica ecuatoguineana. Argumentos como la necesidad de que se sienta la presencia de la universidad regional en cada rincón de la tierra que abarca, de lo urbano a lo rural, de la administración pública al ámbito privado, del sector cultural al empresarial. La irrigación de la UCLM en toda la sociedad debe generar simbiosis: querencia "patriótica" por el ente público e innovación cooperativa para mejorar el índice de competitividad regional (ICREG) que, a día de hoy, valora con nivel bajo a Castilla-La Mancha.
El día más triste que he vivido como alcalde fue aquel que tuve que confirmar el cierre del colegio público local y que coincidió, para más inri, con la disolución del Centro Rural Agrupado que tenía aquí su cabecera y con la jubilación del que había sido mi maestro hasta quinto de EGB. Recuerdo que, entre unas lágrimas que todavía afloran con la memoria y en presencia de la delegada provincial de educación, dije a los niños que fuesen con la cabeza alta allá donde estudiasen y sintieran orgullo por cualquier salto de nivel educativo que diesen. Los ejemplos de éxito de alumnos que comenzaron su andadura en aulas unitarias son, y siguen siendo, suficientemente abundantes como para no avergonzarse de crecer y educarse en un pueblo pequeño. Ofrecí con modestia mi experiencia personal, desde el colegio de Villaescusa al instituto de Belmonte y a la universidad en Albacete y Ciudad Real; e incluso alguna participación, en precario inglés manchego, en congresos de investigación internacionales en ciudades europeas durante el doctorado, aunque finalmente la defensa de la tesis doctoral pusiese el punto y final a mi relación con la UCLM.
Diez años en la UCLM son suficiente bagaje como para crear un vínculo de cariño de por vida. Y por eso valoro de forma positiva la intención del rector de llegar a cada rincón de la región, máxime en unos tiempos en los que se percibe la necesidad de renovación de la relación entre las universidades públicas y la sociedad a la que prestan servicio. El concepto de retorno de la inversión que hay que analizar con amplitud de miras.
Estos días se inicia la vuelta al cole, al insti, a la uni. Desde estas líneas, la bienvenida a un nuevo curso académico que todos deseamos que se pueda desarrollar con normalidad para tranquilidad de los equipos docentes y enriquecimiento del alumnado, siempre con la vista puesta en un futuro de prosperidad para nuestra tierra, ya sea desde un colegio rural hasta un grupo de investigación.