La Opinión de Cuenca

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Free Tour Operator Holidays in Cuenca


Estamos en agosto, nos vamos de vacaciones. Muchos, a la playa, destino que casi cuarenta años después sigo sin saber valorar. Otros cuantos, a lugares exóticos del extranjero tan fascinantes como Reikiavik o Nairobi. Otro puñado, a aprovechar efemérides como hacer el Camino de Santiago en año jubilar o acercarse al cumpleaños de la catedral de Burgos. También otro grupo, a descubrir parques naturales, montañas agrestes o calas recónditas, aunque por lo que veo se van a agolpar en lugares mágicos como el Cabo de Gata o la Ribeira Sacra. Y muchos, a descansar en el pueblo, primero en el de sus progenitores y luego en el de su cónyuge.

También los hay que, lamentablemente, no las podrán disfrutar por circunstancias tan antagónicas como no tener trabajo o tener demasiado. De igual modo, algunos habrán sido previsores para disfrutar su descanso en junio o julio y otros pacientes para esperar hasta septiembre. Mil circunstancias y posibilidades, que no es lo mismo viajar soltero y con bolsillo que con cuatro hijos, doce primos y tres suegras.

El turismo es un reto competitivo en el que cada destino despliega sus plumas de gala para atraer al turista. Intentando apartarnos de esa rivalidad necesaria, desde estas líneas aspiramos a abrir el apetito de conocer nuestra provincia; si no como destino prioritario de larga temporada, sí como lugar de descubrimientos inesperados y de alternativas variadas.

Gracias a los blogs específicos y perfiles especializados en redes sociales, cada vez es más fácil conocer todos los recursos turísticos apetecibles a nuestro alrededor. En consecuencia, resulta tarea arrogante venir a arrojar un manojo de propuestas cuando cualquier interesado será capaz de bucear en busca de mejores alternativas; sin embargo, y desde esa conciencia de incompletitud, nos atrevemos a proponer algunos destinos golosos de la seductora provincia de Cuenca. Obviamos, claro, que la capital juega en otra liga, como ciudad Patrimonio de la Humanidad y como uno de los destinos urbanos más interesantes de toda la península, tanto por su arquitectura como por su enclave natural, su oferta artística y su gastronomía, ignoro si esta última infravalorada pero desde luego se podría apostar a que lideraría cualquier clasificación estatal en relación calidad-precio (me abstengo de dar nombres de restaurantes pero hay un buen puñado espléndidos).

En la serranía baja, no creemos que haya nadie que pueda sentir apatía al adentrarse en la ciudad medieval de Moya. Durante estos años han llegado numerosas inversiones para recuperar parte de una villa en estado ruinoso durante tantas décadas. Además, gracias a la espectacular hospedería La Albacara ahora se puede pernoctar y pasear de noche por este mágico enclave. Otro recomendable alojamiento cercano es el hotel del Monasterio de Tejeda, en Garaballa, ubicado en el monumento homónimo y en el que se venera a la Virgen de Tejeda; un destino que inspira paz, tranquilidad y el privilegio de reposar en una construcción con tantos siglos de historia. Cerca se puede disfrutar del enclave natural de las Chorreras del Cabriel que comparten Víllora y Enguídanos o, en caso de masificación, descansar en la playeta de Víllora. Y, si se ha de regresar a la capital, disfrutar de las magníficas lagunas de Cañada del Hoyo y aprovechar a reponer fuerzas en el restaurante local.

En la serranía alta, Beteta se erige como un destino fabuloso para conocer los alrededores, con recursos tan conocidos como el nacimiento del río Cuervo en Vega del Codorno o la laguna de El Tobar, autorizada para el baño, a otros como el embalse de La Tosca en el entrañable Santa María del Val, el parque cinegético El Hosquillo o la visitable mina romana de Cueva del Hierro. La serranía, por palpables motivos, es la joya natural de la provincia y, en tiempos de masificación turística, un edén de tranquilidad y de disfrute para la actividad familiar y deportiva. Y no te olvides de subir a pasear por Poyatos, municipio de medio centenar de habitantes que fue declarado conjunto histórico por su riqueza patrimonial, uno de los rincones más fotogénicos de la provincia.

Y para municipio fotogénico, Alarcón, posiblemente el más bello de entre todos los conquenses. Sonroja piropear a esta magnífica villa en un meandro sobre el río Júcar y que cuenta con un patrimonio histórico-artístico incomparable. Qué mejor alojamiento que el parador nacional en el castillo que preside la villa y da nombre a la población (alarcón, la fortaleza). Para refrescarse, en el otro extremo del pantano homónimo, al norte, la playa de Valverde del Júcar. Y para completar las bondades del patrimonio de la Manchuela, al sur, Villanueva de la Jara, otra joya que sonroja promocionar. Y, cómo no, aprovechar a saborear los vinos de la Manchuela que poco a poco van conformando con gran dignidad una identidad propia.

Desde la Alcarria se propone un tridente heterogéneo desde la noble y leal ciudad de Huete al celebérrimo mosaico de Noheda y al atractivo pueblo de Buendía. Huete apabulla con un patrimonio avasallador y una envidiable vida cultural como capital de la comarca que vivió grandes épocas de esplendor pasadas. El yacimiento romano de Noheda, en el Villar de Domingo García, por su parte, se ha convertido recientemente en el reclamo turístico estrella por motivos que saltan a la vista al conocerlo. Y, por último, Buendía conjuga con tino las bondades de su cercanía al pantano homónimo, un patrimonio digno de admirar y un entorno apropiado para actividades de aventura.

Antes de dar por finalizado el viaje, entre la Alcarria y la Serranía, disfrutar de aceites y mimbres en el trayecto entre Valdeolivas y Priego, donde la primera brinda una excepcional iglesia románica del s. XIII considerada la más meridional de Europa y el segundo ofrece, entre un amplio abanico de recursos patrimoniales, el majestuoso convento de San Miguel de las Victorias. Y para los más aventureros, recorrer la vía ferrata en el estrecho de Priego en la hoz homónima sobre el río Escabas.

Y, por último, cómo no, invitar a cualquier lector a acercarse a conocer Villaescusa de Haro, a las puertas de La Mancha y junto a emblemas turísticos como los molinos de Mota del Cuervo y el fastuoso castillo de Belmonte. No serás el primero que sufre síndrome de Stendhal al descubrir por vez primera la capilla de la Asunción, ni el primer asombrado ante la rehabilitación del convento dominico de la Santa Cruz, ni el pionero en descansar en un colegio universitario del siglo XVI ahora habilitado como palacio rural, pero podría garantizar que un paseo por la Bella Excusa te sorprenderá. Además, se pueden disfrutar otras alternativas como visitar la quesería local, acudir a la casa-museo de Miguel Lucas de Iranzo en Fuentelespino de Haro o conocer un molino de agua secular en funcionamiento en Carrascosa de Haro.

Aprovechemos el descanso estival para cultivar nuestro orgullo y patriotismo provincial con humildad a través del descubrimiento de este extenso pentágono regado de pinos, vinos, piedras y pantanos, seguro que aprendemos a valorarlo y quererlo como merece.

Quienes somos:

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  • Colaboradores: Pepe Monreal, Jesús Neira, Enrique Escandón, Martín Muelas, Cayetano Solana, Manuel Amores, Antonio Gómez, Julián Recuenco, Ana Martínez, Carmen María Dimas, Amparo Ruiz Luján, Alejandro Pernías Ábalos, Javier López Salmerón, Cristina Guijarro, Ángel Huélamo, Javier Rupérez Rubio, María Jesús Cañamares, Juan Carlos Álvarez, Grisele Parera, José María Rodríguez, Miguel Antonio Olivares, Vicente Pérez Hontecillas, Javier Cuesta Nuin, Vicente Caja, Jesús Fuero, José María Rodríguez, Catalina Poveda, José Julián Villalbilla, Mario Cava.
  • Consejo editorial: Francisco Javier Pulido, Carlota Méndez, José Manuel Salas, Daniel Pérez Osma, Paloma García, Justo Carrasco, Francisco Javier Doménech, José Luis Muñoz, José Fernando Peñalver.

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