Hay que reconocer el mérito de congregar a más de cien personas a) un triste lunes después de las fiestas navideñas b) en un garaje "quasi" clandestino c) en Cuenca d) para una conferencia sobre patrimonio histórico. El reconocimiento correspondiente a los anfitriones, Jesús Mateo como presidente de la asociación cultural Ágora Cuenca y Grisel Parera como secretaria de la misma, y al ponente, Benjamín Prieto, invitado a disertar sobre el patrimonio de la provincia y sus oportunidades de futuro.
Entre los asistentes, un gran porcentaje del grupo de personas con inquietud cultural y política que rezan, gruñen y trabajan por Cuenca. Artistas, profesores, alcaldes, periodistas, historiadores, funcionarios, médicos y un sinfín de conquenses que sienten una profunda preocupación por el devenir de nuestra provincia; la minoría creativa conquense. El sentimiento generalizado de orfandad y compromiso social lo sintetizó con pesimismo Jesús Mateo en la presentación con una frase casi forense: “somos siempre los últimos en todo, los últimos, y eso no puede ser”. Y se sentó.
Tras un agradecimiento cordial y cariñoso al anfitrión, Benjamín Prieto solo necesito dos minutos para declarar amor eterno al patrimonio de la provincia y recriminar al socialismo conquense su “inquina y falta de sensibilidad” con lo que ellos mismos llaman “piedras” de forma literal y despectiva. Y es que, en realidad, así consta en actas plenarias de la Diputación de Cuenca: “menos piedras”, qué estrecho lema socialista.
Y a buena fe que no se puede tildar de hipócritas, al menos en este sentido, a los actuales gobernantes socialistas. A nivel regional la perspectiva es lamentable, y como muestra un botón: en los presupuestos de la JCCM de 2020 se consignaron 137.860 euros en la partida “bienes patrimonio histórico, artístico y cultural”. Puede parecer una broma, pero representa la sensibilidad de García Page con el patrimonio de Castilla-La Mancha.
A nivel provincial, en el inicio de la legislatura, el equipo de Gobierno de la Diputación de Chana y Valero suprimió de un plumazo un Plan de Rehabilitación de Patrimonio de 7 millones de euros que abordaba una batería integral de proyectos para toda la provincia. Unos meses después, rompió los contratos de Serranía en Vía para la rehabilitación de las estaciones ferroviarias históricas de la Serranía Baja, obra del Premio Nacional de arquitectura Secundino de Zuazo, como antesala del desmantelamiento del tren convencional. Y, con el paso de los años, su inquina ha derivado en apatía, lo que ha provocado la pérdida de proyectos millonarios, ya aprobados y subvencionados con fondos europeos, como la hospedería de Huete o el balneario de Yémeda.
Y mientras tanto, Miguel Ángel Valero, concejal y diputado de patrimonio, hace balance de la legislatura en Diputación afirmando que invierten 6,7 millones de euros en toda la legislatura, es decir, ¡menos cuantía que el Plan que suprimieron al tomar posesión! Dando muestra, además, de un adanismo inigualable, Valero insiste en que “hay que tener un plan para los atractivos turísticos” cuando, al ser preguntado en reiteradas ocasiones en los plenos provinciales, siempre ha tirado balones fuera al no haber pergeñado dicho plan turístico, ni nada similar.
Sin duda, esa es la clave de bóveda de la gestión de nuestro potencial: ser capaces, primero, de conservar y rehabilitar el patrimonio para, segundo, ponerlo en valor y conseguir que revierta la inversión en el territorio. Pero mientras Benjamín Prieto es consciente de que no puede haber segundo sin primero y, por eso, no escatimó en inversiones y ya daba muestras de organización de rutas provinciales como la de las Joyas Olvidadas, la de minas visitables de "lapis specularis" o la de Serranía en Vía, Valero se pierde en el mar discursivo sin invertir en lo primero ni coordinar lo segundo. Los resultados saltan a la vista al comprobar que la Diputación sigue utilizando el mismo material de publicidad turística, a nivel impreso y web, que en 2019. Resumen: hemos perdido cuatro años.
Esperamos que se publique la ponencia de Benjamín Prieto porque marca hitos relevantes, aspiraciones de futuro y oportunidades de desarrollo. Quizá su disertación fue demasiado densa para una fría tarde de enero en un garaje clandestino, pero estaría bien reflexionarla por escrito. La periodista Carmen Moral ha esbozado una nutritiva crónica periodística de la conferencia aquí.
Concluyó Benjamín Prieto su ponencia afirmando que, desde su compromiso político, siente la responsabilidad y el deber constitucional de defender la inversión en patrimonio, “un deber que otros han querido evadir”. Declaración de intenciones que adornó con una rotunda cita del sociólogo John Ruskin: “los edificios antiguos no nos pertenecen a nosotros sino, en primer lugar, a nuestros antepasados que los construyeron, y, en segundo lugar, a nuestros herederos. Por tanto, atrapados entre pasado y futuro, no somos sus propietarios, sino simplemente sus administradores”.