La Opinión de Cuenca

Magazine semanal de análisis y opinión

Por la supresión de las diputaciones provinciales


Hace unas semanas, Luis Garicano, eurodiputado de Ciudadanos, publicó un interesante artículo en Letras Libres titulado “El menchevique: reflexiones al hilo de las memorias de Errejón. En él, Garicano escribe que Ciudadanos había llegado a un acuerdo con el PSOE tras las elecciones generales de 2015 para un programa de gobierno común “ejemplificado ante la opinión pública por el consenso entre los dos partidos para eliminar las diputaciones”. Se sentía muy orgulloso de ese punto en concreto; a mí me sorprendió constatar que el PSOE se declarase todavía enemigo de las diputaciones provinciales.

Tranquilo, querido lector, que no vengo a depositar una sesuda tesis sobre la necesidad de estas ni sobre el papel fundamental que deben jugar para vertebrar una provincia y cooperar en el desarrollo de los municipios con menor capacidad económica y de gestión. Para ello, nos podríamos remitir al clarividente artículo de opinión “Las diputaciones son necesarias” publicado en El Mundo el 22 de agosto de 2011 y firmado por Benjamín Prieto, recién elegido presidente de la Diputación de Cuenca. En aquel momento, bajo los efectos de la archiconocida crisis de Zapatero, Rubalcaba las declaraba superfluas y abogaba por una racionalización del gasto público que nunca ejemplificó.

Hoy en día, sin embargo, el PSOE demuestra su capacidad para arruinar el prestigio de las diputaciones provinciales desde dentro con el objetivo de poder declararlas reemplazables el día de mañana: un modelo imbatible de caballo de Troya.

Nos podemos circunscribir al ejemplo más cercano: queda poco más de un año de legislatura y poca huella va a dejar Martínez Chana como presidente de la diputación conquense salvo en el esquilme a ras de los recursos económicos y en su tradicional “le responderé por escrito”. Gracias a la anulación de las restricciones fiscales, su gobierno va a disponer de una capacidad financiera inaudita, pero ¿para qué? Para licitar un coche de uso presidencial por 90.000 euros, para incrementar el número de diputados liberados del equipo de gobierno de 6 a 8 y el coste consiguiente en más de 250.000 euros anuales, para abandonar el patrimonio histórico-artístico provincial suprimiendo inversiones estratégicas por más de 4 millones de euros, para aplaudir la supresión de la línea de tren convencional que atraviesa y vertebra la provincia, para subir el precio de la tasa de recogida de basuras a los vecinos, para eliminar inversiones en espacios productivos y para anunciar un parque tecnológico en el que, visto lo visto, va a costar más la tela que el manto.

Chana desprestigia a la institución provincial cuando publica una convocatoria de subvenciones de 2 millones de euros a la que solo se pueden acoger cuatro pueblos de la provincia (Cuenca, Tarancón, Quintanar del Rey y San Clemente), precisamente los más poblados y, en consecuencia, fuera del ámbito de “los municipios con menor capacidad económica y de gestión” a los que debe “apadrinar” una diputación.

También echa tierra sobre la diputación cuando acude al sorteo denominado “la tómbola de Chana” para beneficiar de forma nominativa a medio centenar de pueblos de la provincia mientras desprecia a más de 180. Si se tratase de una línea de inversión estratégica que requiriese inversiones potentes en algunos pueblos, sería lógico que existiese una convocatoria pública para poder seleccionar los proyectos más apropiados, aunque, por limitación presupuestaria, no se alcanzase a todos; pero es que ni siquiera se trata de estrategia o desarrollo industrial porque se denominan “mejoras urbanísticas” y, sobre todo, porque no se ha planteado la posibilidad de concurrir a todos los demás.

Pero resulta grotesco, en especial, comprobar que en esa tómbola en la que más de 180 pueblos conquenses sufren la humillación de recibir un total de 0 euros para “mejoras urbanísticas”, Almonacid del Marquesado ha sido agraciado con 180.000 euros, nada más y nada menos: el equivalente a lo que otros pueblos de población similar recibimos en 7 años de planes provinciales de obras. Así las cosas, Chana ha desembarcado en la Diputación para incrementar el gasto corriente, hacer carrera en su partido y beneficiar a su pueblo de forma descarada y sin visión estratégica de provincia.

De esta forma, en poco tiempo, el partido socialista ha logrado generar una evidente desafectación por la institución conquense y nos ha animado a requerir la supresión de todas esas diputaciones que han pasado de estar al servicio de la vertebración y el desarrollo de una provincia a ser esclavas del sectarismo de unos gobernantes sin perspectiva más allá del interés partidista.

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