La Opinión de Cuenca

Magazine semanal de análisis y opinión

28M: toda realidad ignorada prepara su venganza


Hoy no es un día cualquiera, hoy es un día diferente, hoy es un presente frágil que va a deshilachar un pasado feote para construir un futuro mejor, hoy se desmontará el andamio de la alineación intergaláctica socialista que ha asolado la provincia de Cuenca durante cuatro años desde todas las instituciones.

Por ir recopilando, una pandemia mundial ha protagonizado esta legislatura y ha tambaleado los cimientos de todas nuestras seguridades. Cuesta pensar que la gente que nos dejó durante esos meses no vaya a volver porque todo estaba envuelto en una bruma de inconsciencia y miedo, de rara pesadilla. Desde entonces, además del duelo, soportamos una economía inestable, una sanidad debilitada, una educación frágil, una política desatada y unas relaciones sociales más selectas.

La memoria deforma el pasado y creo que ya hemos olvidado la primera semana del estado de alarma. En esos días de tensión, las prioridades de Pedro Sánchez fueron aprovechar el BOE para colar a Pablo Iglesias en el CNI y abrir la puerta a los indultos («reanudar por razones de interés general todos los procedimientos para conceder la gracia del indulto que estuvieran en tramitación con fecha 14 de marzo o que se hayan iniciado o vayan a iniciarse con posterioridad»). Por su lado, el 17 de marzo, tercer día del estado de alarma, la prioridad de Pablo Iglesias pasaba por auspiciar una cacerolada contra el rey bajo la etiqueta #coronaciao.

Quizá hayamos también olvidado el ridículo patrio de Ortega-Smith, que ya contagiado escribió: «mis anticuerpos españoles están luchando con éxito contra los virus chinos». Disculpen la broma, pero Sergio Algora se anticipó en Ángel Guardia: «tráteme de usted, soy mucho mejor que Vox». Aquellos días, a pesar de la mayor tasa de contagio y defunción entre varones, Irene Montero convocaba a la comisión de Igualdad con un único punto en el orden del día: «análisis de la situación del coronavirus con perspectiva de género».

Pasaban cosas raras y el único que no cambiaba era García-Page, impermeable a la realidad, fanfarrón desatado. Antes del principio, insultó a los profesores «porque lo que quieren son quince días de vacaciones», al rector «su decisión de suspender las clases es el peor ejemplo de disciplina» y a la universidad «el sistema universitario es un ejemplo que hoy ha brillado por su ausencia». Luego arremetió hasta contra el ujier.

Y mientras los sanitarios luchaban con bolsas de basura contra el virus, Page presumía de que «el sistema sanitario tiene mecanismos de reacción más que sobrados ante todo tipo de epidemias, sobre todo ante esta que tiene un índice de mortalidad mínimo». Aún más, cuando los hospitales colapsaron, para llevar la contraria a Page, él se defendió manifestando que más les valía a los sanitarios trabajar que grabar vídeos de los pasillos de los hospitales.

Podríamos desflorar la nefasta gestión política y desprestigio institucional de aquellas semanas, pero no cabe en una columna de opinión. Todo se resume en aquel comité de expertos ficticio que, sin existir, tomaba decisiones «pensando en nuestro bien».

Por lo demás, Woody Allen sintetiza la legislatura en el primer gag de Annie Hall: «dos señoras de edad están en un hotel de alta montaña y dice una ‘vaya, aquí la comida es realmente terrible’, a lo que la otra responde ‘sí, ¡y además las raciones son tan pequeñas!’; pues básicamente así es como me parece la vida». Ha sido una legislatura triste y deprimente, con catástrofes naturales como Filomena, con guerras como la de Ucrania, con un severo empobrecimiento en nuestra región por la inflación desbocada, con inútiles tensiones políticas internas y externas, con unas administraciones socialistas que han ninguneado al ciudadano para centrarse solo en el rédito electoral y, sin embargo, ¡se han pasado tan rápidos estos cuatro años!

Asistir como espectador privilegiado al deterioro del prestigio de la Diputación de Cuenca a manos de Chana y su banda ha sido deprimente y ha provocado íntimos sentimientos de impotencia e injusticia, pero ya avisó Ortega: «toda realidad ignorada prepara su venganza». Chana ha demostrado un fariseísmo de catedral: licitó la compra de un coche presidencial por 90.000 euros al tiempo que defendía la supresión del transporte público mediante la aniquilación de la única línea de tren en la provincia. Ha sido capaz de defender la gestión negligente del macrovertedero de su pueblo en vez de tomarse en serio las autorizaciones ambientales y de defender a un vicepresidente acusado en firme por amenazas a una trabajadora en vez de cesarlo de sus cargos tras haber aprobado en pleno una declaración institucional de pureza machista. Todos los vecinos de la provincia han salido perjudicados por un gobierno centrado en la supervivencia electoral y la solidificación de redes clientelares al servicio de un partido político.

Y, mientras tanto, han jalonado de decenas de insultos cada pleno provincial para intentar ningunearnos, sin éxito, a nivel personal y como grupo político: «es usted irrelevante», «besugo», «es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca», «usted podría ser más feliz y una persona más plena», etc. O el agravio más ridículo de todos, el soldado Valero acusando: «tu pluma, de escribir, no se parece a la de Quevedo, en todo caso a la del Quevedo actual cantante»; ni que decir tiene que los 93 artículos, con este, publicados en La Opinión de Cuenca no contienen trazas de ambición literaria, sino que quedan circunscritos a una humilde radiografía personal de la política provincial de estos dos últimos años. Debiera incomodarle más el contenido que la forma.

En el fondo, a decir verdad, ahora que acaba la legislatura, debiera confesar que, a nivel personal, son varios los paralelismos que me unen a Chana: ambos somos alcaldes desde hace años de pueblos cercanos y con población similar, amamos a nuestros pueblos con pasión y vivimos en ellos con nuestra familia, tenemos edad similar e, incluso, ambos cursamos nuestros estudios universitarios en Ciudad Real en la UCLM y fuimos padres, entre mascarillas, con menos de 24 horas de diferencia, en el Virgen de la Luz. Resulta paradójico que dos perspectivas comunes generen dos cosmovisiones antagónicas. Si no fuese por los agravios, además de respeto le tendría cariño; somos tan irrelevantes, Valero dixit, que otra cosa no merece la pena. La política es tan ingrata que solo sirves mientras sirves.

Me despido de esta legislatura con la mente puesta en la que arrancará a consecuencia de los papelitos que hoy entrarán en las urnas. Y, sobre todo, acordándome de todos esos candidatos que celebrarán hoy su primera victoria electoral, como Adolfo, Emilio, Mercedes, Marciano, Mar, Paloma, Irene, Dani, David, Bea, Pedro, Valentín, y tantos otros que pondrán su granito de arena para construir un pueblo mejor, una provincia mejor, una región mejor. Aquellos que, como reza el lema del obispo villaescusero Sebastián Ramírez de Fuenleal, realizarán proezas a través de la verdad, la benevolencia y la justicia. Así sea.


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