Según el Diccionario de rae, en su primera acepción, la palabra crisis es un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados. Sin duda, el proceso político que dio comienzo con las elecciones municipales y autonómicas y continúa, sin tiempo para respirar, con las generales; según esta definición, estamos en un momento de crisis, o sea, de cambios.
Durante este tiempo han cambiado muchos concejales y alcaldes; incluso muchos pueblos han cambiado de partido político. También ha habido cambios en los parlamentos autonómicos, nuevas personas o caras nuevas como gustan de decir los analistas de la cosa política.
A estas horas ya conocemos a las personas que reclamaran, como es costumbre durante las campañas electorales, nuestra confianza para el Senado Y el Congreso de los Diputados. Lo mejor del asunto es que en unas semanas todo habrá terminado y gozaremos de tranquilidad durante algunos años y los elegidos se dedicarán a trabajar por el bien común, eso esperamos.
Lo mejor de estar implicado de alguna manera en la política, es la oportunidad de conocer a personas interesantes, desde alcaldes y concejales a políticos llamémosles de más alto standing, o sea, que viven de la política y toman decisiones importantes para el resto de los ciudadanos.
Son muchas estas personas y, para no hacer de menos a nadie, voy a reivindicar solamente la figura de María Dolores Cospedal, que ya no ejerce la noble profesión de la política. Me ha chocado la utilización que el señor Paje ha hecho de su recuerdo durante la campaña regional, parece un calco de la utilización que la izquierda ha hecho durante décadas de la figura de Franco. Nadie le ha salido al paso para decirle que el PP, con la Sra. Cospedal al frente, gano dos veces las elecciones en Castilla-La Mancha, aunque la segunda vez no pudiera formar gobierno. Cuando Page dice peyorativamente lo malo que hizo Cospedal, no tiene en cuenta que ellos dejaron la región al borde del abismo, con una deuda difícil de asumir y con muchos profesionales endeudados; porque las administraciones no pagaban, sí, también la Junta de Comunidades, tal vez la que más de por aquí. Ya nadie se acuerda del pago a proveedores del gobierno de Rajoy, que puso orden en las cuentas y alivió la economía de muchos profesionales. Así que no estoy de acuerdo con el Sr. Page, pero aún me horroriza más que lo que este señor dice no sea contestado convenientemente por quien corresponda. No se puede tirar la toalla y dejar a quienes nos han precedido en las patas de los caballos de la demagogia.
Como comprenderá el Sr. Page no le voy a reír la gracia, porque no es gracioso cebarse con quien no se puede defender para esconder las faltas propias de una deficiente gestión durante ocho años. Yo he vivido aquí y tengo mi experiencia, por lo cual, fiándome más de mi propia experiencia, le digo que no cuela que todo lo malo de la región se deba a los cuatro años de la Presidenta Cospedal. Por cierto, una mujer, igual que las dos presidentas provinciales que lo fueron del Partido Popular: Marina Moya y Mª Angeles García; y las dos últimas candidatas a la alcaldía de Cuenca: Luz Moya y Beatriz Jiménez. Como pueden observar los lectores, sin necesidad de cuotas ni de movimientos demagógicos, en este partido se valora por igual a hombres y mujeres, según sus capacidades y méritos.
Estas y otras personas, incluidas las que leen esto, han hecho de nuestro país uno de los mejores lugares donde vivir. Como todo, es mejorable y en ello estamos día a día. Hay que recuperar la normalidad y salir del marasmo y lío político de los últimos años y de la mediocridad institucional. Por tanto, con la libertad que me da este espacio, cosa que agradezco, diré que la mejor opción, según pienso, es la de mis compañeros del PP, y para ellos haré campaña cuando proceda dentro de unos días y les invito a reflexionar sobre el asunto.