Estamos ya en modo gripe. Hemos terminado con el termino pandemia asociado a la COVID 19, bajando un escalón hasta legar al concepto epidemia, más propio de la gripe. La diferencia radica en la escala geográfica que tenga la enfermedad, a nivel de varios países la primera o localizado en una determinada área y en un solo país en el caso de la segunda. Es una de las consecuencias del final del verano-que parece que no llega- y de la entrada de un clima más proclive para la prevalencia del virus, que este año convivirá con la COVID19.
Ya estamos a plena normalidad, o al menos en un grado mayor que lo vivido estos dos últimos años en los que la COVID19 ha relegado a la gripe a un segundo plano. Y nos pilla con las defensas ligeramente mermadas. Ese ejército inmunológico que nos tiene que defender frente a la gripe lleva casi dos años hibernando y ahora le toca despertar. Además, el virus cuenta con la capacidad de variar los antígenos de superficie y con ello la aparición de nuevas cepas para los que el ser humano no cuenta con inmunización, ocasionando un grave problema de salud pública debido a la alta capacidad de contagio y su alta tasa de morbi-mortalidad.
La gripe es una enfermedad que se caracteriza por producir una infección aguda en las vías respiratorias con complicaciones que conducen a una neumonía viral primaria-bacteriana secundaria, y que provoca malestar general, dolor de cabeza, muscular y de garganta, tos seca y congestión nasal.
Como siempre hacemos en esta sección, culpa de mi interés a todo lo que se relaciona con la salud pública, vamos a intentar por el bien de nuestra salud, tener al ejercito inmunológico bien entrenado a la par de intentar que no tenga que entrar en acción porque hayamos contraído la infección. Es decir, vamos hablar de cómo prevenir la gripe.
Empecemos como no, por la vacuna. Es la mejor defensa que tenemos, y por favor hagan caso a los profesionales de la salud y no a los expertos negacionistas.
La vacuna está recomendada en muchos casos, que no entrarían en el espacio del que disponemos en este artículo. En la página web del Ministerio de Sanidad se encuentran todos los supuestos en los que es aconsejable la inmunización que podemos resumir en:
- Personas mayores, preferentemente a partir de los 65 años de edad.
- Personas con menos de 65 años de edad que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe, relacionado especialmente con algunos tipos de enfermedades crónicas de los aparatos respiratorio y circulatorio.
- Personas con alto riesgo de contagio que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones de los grupos anteriores.
- Otros grupos: Personas que trabajan en servicios públicos, o en contacto con animales. Muy importante este último punto por el riesgo de infecciones concomitantes entre la cepa humana y aviar o porcino con la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos.
El virus de la gripe se transmite a través de los aerosoles cuyo origen son las pequeñas goticulas que emitimos al hablar, toser o estornudar si estamos infectados y es por ello su alta capacidad de infección. Es de vital importancia extremar las precauciones, como la mejor arma que tenemos para combatirlo. Aquí van una serie de consejos para prevenir su contagio, además de la vacunación que ya hemos visto:
- Llevar unos hábitos de vida saludable: Facilitando con ello una mejor respuesta de nuestro sistema inmunitario. Practicar ejercicio regularmente, beber mucho líquido-hidratarse- llevar una adecuada alimentación-reforzar la ingesta de alimentos con vitamina C-. Evitar los malos hábitos.
- Extremar la higiene personal: Especialmente el lavado correcto y frecuente de manos o usar pañuelos de papel desechables.
- Evitar aglomeraciones y contactos cercanos en zonas o con personas en donde el virus pueda estar latente.
- Ventilar y extremar la limpieza e higiene en los lugares cerrados, limpiando con más frecuencia.
Para terminar, me gustaría comentar que la gravedad de la COVID19 nos ha podido llevar a pensar que el virus de la gripe es algo leve. No caigamos en ese error, ya que previamente a la aparición del primero, tomando datos del Instituto de Salud Carlos III referentes a 2019 y 2020, murieron en España casi 4.000 personas por gripe. Tuvimos 619.000 casos confirmados y 27.700 personas hospitalizadas de las cuales 1.800 estuvieron en la UCI. Como se ve por las cifras, una enfermedad con una alta tasa de morbi-mortalidad además de otras consecuencias como las económicas derivadas de la misma. Es por ello que la práctica que hemos adquirido para la prevención de la transmisión de la COVID19, es adecuada para que la apliquemos en nuestro día a día siendo conscientes de que somos el principal activo en cuanto a la prevención de la transmisión de este virus.