La Opinión de Cuenca

Magazine semanal de análisis y opinión

Los pueblos, agricultores y ganaderos, en vías de extinción


Algo triste y doloroso está sucediendo en el medio rural. Supongo que todo no en todos los lugares a la vez, pero poco a poco se va repitiendo el mismo escenario. El sector primario va desapareciendo incluso en las zonas donde la bonanza económica derivada de determinados cultivos que han sido el motor económico hasta hace poco.

No sé si la globalización o la revolución digital de la sociedad, pero la realidad es que justo cuando más se habla de la España Vaciada es cuando estamos viendo languidecer más a nuestros pueblos.

En primer lugar empezaron a despoblarse las zonas más agrestes. Las del interior con una orografía más difícil y un clima más extremo que han condicionado la actividad agraria a cultivos muy concretos y poco productivos como cereales, girasol y algún olivar marginal.

En estas zonas tan difíciles hace ya años que con la mecanización quedaron pocos agricultores que con grandes superficies fueron capaces de subsistir. Por ello el envejecimiento llegó antes.
Después, y como una mancha de aceite, esta situación ha ido extendiéndose por el resto del territorio. Hoy las zonas que eran prósperas y con una economía sana y creciente han empezado el mismo camino de decadencia.

En nuestra querida provincia de Cuenca a pesar del eslogan “Cuenca es Única” o su declaración de la capital como Patrimonio de la Humanidad, la población en el último siglo ha descendido un veinte por ciento aproximadamente.

Y la economía principal de esta tierra ha sido la agricultura y la ganadería que han dado sustento al resto del tejido productivo.

Pero yo creo que a pesar de algún tímido intento de valorizar lo nuestro en los diferentes ámbitos, no hemos sido capaces de mostrarnos realmente como únicos o diferentes. El hecho es que una gran parte del patrimonio arquitectónico se ha perdido o está desapareciendo, en lo cultural también está sucediendo lo mismo con la “marcha de nuestros padres”.

En lo económico la riqueza de los productos del campo y la ganadería llevan el mismo camino. Y no sé si los responsables principales son los políticos o quien, pero la realidad es la que es. Se han creado por ejemplo en nuestra tierra algunas figuras diferenciadoras para algunos productos como el queso, los vinos, los ajos, la miel, y unos cuantos más. Estas son denominaciones de origen (D.O.) o indicaciones geográficas protegidas (I.G.P.), que algo nos han diferenciado, pero no lo suficiente como para ser capaces de obtener de nuestros productos un margen que haya sido capaz de compensar las dificultades al colocarlos en los mercados nacionales e internacionales.

Simplemente haciendo entender que los cereales de La Mancha son mejores que los cultivados en el centro de Europa, por nuestras condiciones extremas de cultivo que tan solo permiten producciones de un veinte por ciento respecto de lo obtenido en los campos del centro y norte del viejo continente, sería suficiente para obtener un precio más digno que el medio de los mercados internacionales que a unos les permite vivir holgadamente y a nosotros simplemente malvivir y por ello la población agraria o rural cada vez es más escasa.

Y sí creo que nuestros políticos son responsables de esto. No están haciendo caso alguno al campo. Vienen, se hacen la foto y desaparecen. Y nuestra tierra necesita gente que trabaje por ella.

No me canso de repetirlo, hemos creado un sistema clientelista que nos tiene adormilados. Sindicatos de todo tipo (de trabajadores, agrarios…) que no defienden a sus afiliados porque comen de lo que el gobierno de turno les paga. Planes de empleo en los ayuntamientos de las zonas rurales que “ocupan” a la gente que podría estar en el ciclo productivo generando verdadera riqueza y lo que se suele esperar realmente de ellos son los votos para que unos cuantos mantengan el poder.

Esto último junto a la Globalización está matando “al campo”. A los gobiernos ya no les interesan tanto los agricultores y ganaderos, pues si suben mucho los precios rápidamente echan mano de las importaciones de productos de otros países y logran bajar el coste de la cesta de la compra aunque sea sacrificando la propia salud. Las exigencias en materia de producción que soportamos en el sector primario aquí no existen en el origen de muchos de los productos que traen de fuera. Ni las condiciones laborales para los trabajadores tienen nada que ver con las que exigimos aquí a nuestros productores.

Luego cada vez tengo más claro que los que predican la recuperación de la España Vaciada mienten descaradamente. Así se explica que haya una manifestación de agricultores en Toledo porque la Plaga de Conejos que soportamos aquí en el centro de La Mancha está siendo mucho peor que cuando los campos eran arrasados por la langosta, y los responsables de la Consejería más importante para nuestra región no hagan ni caso. Ni siquiera permitieron enchufar un cable eléctrico para el funcionamiento de un megáfono cuando la electricidad como sus sueldos salen de los impuestos que pagamos nosotros. Pero es que los sindicatos estaban desaparecidos.

Los políticos son muy dados a la foto con lo que está de moda. Y ahora ya no es el agricultor o ganadero. Lo espectacular es verlos en los espacios que llaman naturales aunque en muchos casos los han alterado ellos con la suelta de especies foráneas o manipuladas atentando contra el ecosistema original. Y así nos encontramos con esos conejos voraces que arrasan nuestros campos de cultivo. Y si ya es difícil vivir de la agricultura, ahora sin hacer caso alguno a problemas tan graves como éste, están echando literalmente hablando a la gente de los pueblos. ¿Qué jóvenes van a quedar aquí con estas condiciones de vida?

Y curiosamente algún medio de comunicación (el público por supuesto) que se hizo eco escasamente de la manifestación en la capital castellanomanchega hacía referencia a la presencia de muchos agricultores jubilados en la concentración, y es cierto, pero tan cierto como que casi la mitad de los titulares de explotaciones agrarias en nuestra tierra tienen más de 65 años. Y todo porque los jóvenes poco a poco van desapareciendo del sector primario si quieren vivir dignamente.


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