Muchos de nuestros lectores se acordarán de un tal Casimiro que invadía las noches televisivas durante la semana, justo antes del telediario de la noche. Apareció después de la familia Telerín, y además de mandarnos a la cama, nos indicaba todas las tareas previas que teníamos que realizar, entre ellas lavarnos los dientes con pasta y agua corriente. Fue una de las primeras acciones que recuerdo dirigidas al público infantil sobre la necesidad de mantener una buena salud dental, en este caso con lo más básico que es lavarse los dientes antes de dormir.
Hay una frase muy extendida entre los odontólogos que es Boca Sana, Cuerpo Sano. Y es que los problemas bucodentales que en un principio nos dan la sensación de ser un problema local, pueden ser factor de otras dolencias de tipo cardíaco, del sistema respiratorio e incluso algún tipo de cáncer. Todo ello debido a la composición de la boca, formada por tejidos blandos-mucosas y lengua- y tejidos duros -dientes y huesos maxilares-.
La dolencia más familiar es la caries, de la que nos han hablado desde muy pequeños. Incuso utilizada para disuadirnos del consumo de caramelos y otros dulces. La caries es una enfermedad de origen infeccioso que se caracteriza por la destrucción de las piezas dentales. Las bacterias, convierten los azucares de las comidas en ácidos destruyendo las partes duras del diente y provocando cavidades. Pero no solo de caries viven las dolencias de la boca.
La enfermedad periodontal es una infección los tejidos de soporte de los dientes-encías-que se genera principalmente por una mala higiene bucal, por la falta o un mal uso de los cepillos dentales y otros elementos produciendo la placa o sarro, llevando a un sangrado de encías, dolor en la boca, inflamación e incluso la pérdida de dientes. Pero no solo la falta de higiene es el factor que la produce. Diabetes, cambios hormonales, tabaco o determinados medicamentos pueden desencadenarla.
No podemos olvidar tampoco la aparición de aftas bucales o las llagas, de origen viral principalmente, aunque también ocasionadas por el estrés, determinadas alergias la falta de vitaminas o los cambios hormonales.
Al margen de las enfermedades que provocan las bacterias o virus, podemos destacar el bruxismo, muy extendido en la población y que consiste en apretar en exceso los dientes durante el periodo de sueño provocando el desgaste y rotura de los dientes y una tensión mandibular que provoca dolores musculares en mandíbula y cabeza. Muy molestos, ya os lo digo por experiencia.
La aparición de estos problemas depende en gran medida de nuestros hábitos a la hora de cuidar nuestra salud bucal. Es fundamental que sigamos los siguientes consejos para poder disfrutar de una boca sana:
Cepillarse los dientes durante 3-4 minutos después de cada comida, preferentemente con cepillo eléctrico. Es importante que el cepillado se realice de forma correcta, siempre de la encía hacía el diente y haciendo movimientos cortos y en círculos. Por tanto, la parte superior debe cepillarse hacia abajo y la inferior hacia arriba.
Usar hilo dental una vez al día. Los huecos interdentales constituyen más de un tercio de la superficie bucal, con lo que tenemos que prestarle una especial atención.
Limpiarse la lengua con frecuencia, completando con ello la limpieza de la boca además de ofrecer una sensación de frescura y prevenir la tan incómoda halitosis – especialmente para quien tenemos en frente-.
Usar colutorio después de cada cepillado. Es el mejor antiséptico bucal además de prevenir la aparición de aftas bucales, llagas o la ya citada halitosis.
Visitar al dentista con regularidad y de forma especial si notas cualquier dolencia.
Reducir el consumo de alimentos ricos en azúcares y almidones. Como hemos visto el principio. los azucares de las comidas se convierten en ácidos que atacan a los dientes.
Masticar chicle sin azúcar en circunstancias en las que no dispongamos de un cepillo de dientes cerca.
En el tema bucal, es evidente que nuestra dieta tiene un importante peso, habiendo alimentos que nos ayudan a mantener una boca sana. Por ejemplo, los arándanos interrumpen la adhesión de bacterias antes de hacerse la placa, los productos ricos en calcio y vitamina D reducen el riesgo de pérdida de dientes y las frutas crujientes y vegetales crudos ayudan a limpiar la placa.
Nuestra querida boca. Al margen del tema estrictamente sanitario, el órgano por el que comemos, nos expresamos o nos besamos entre otras muchas cosas. Nuestra puerta principal de entrada física a nuestro organismo y de salida de nuestros pensamientos. No me podéis negar que es el origen de muchos de nuestros buenos momentos, pero también de nuestros mayores conflictos.
Sin duda, uno de nuestros órganos estrella cuyo mejor cuidado debe ser la prevención….. y la discreción.